En mi segundo viaje con mi hermano Miguel por tierras de Marruecos decidimos llevarnos nuestras bicis plegables Dahon Speed Tr que verdaderamente son unas autenticas máquinas de batalla pues no han dado ningún problema en los mas de 300 kilométros que hemos realizado por el Atlas. Ha sido un gran acierto llevarnos estas bicis pues se adaptan bien a cualquier tipo de terreno y por supuesto es una ventaja a la hora de coger un bus,tren o taxi.

Desde Tarifa cruzamos a Tanger en barco y desde allí cogemos un bus que nos lleva hasta Midelt.Un día de viaje en bus y al día siguiente ya empezamos a pedalear en dirección a Imchinme, un pueblo que ya nos es familiar pues cada vez tenemos más amigos. Ya son tres años los que hemos estado en casa de Mohamed y siempre tan atentos con nosotros.Fatima ya ha cumplido 13 años y Hamna 5. Nos volvieron a sorprender con una gran cena ofreciéndonos Tallín y Cus cus. En esta fotografía podemos ver un pueblo típico del Atlas, concretamente Imchinme, pueblo de Mohamed, donde el tiempo no pasa y la prisa no se conoce. Es un sitio ideal para relajarse y quitarse el estrés.

A las 6 de la mañana esperando que se hiciera de día nos pusimos en marcha. La mañana se presenta muy fría, el agua se nos congela al poco tiempo de salir de la casa de Mohamed. Esta segunda etapa sería repetida al año pasado, pero de igual belleza.Para mí el día más bonito sin duda.Después de unos 75 kilométros de pedaleo llegamos a la casa de Alí. Aunque él no se encontraba, el hermano y el padre nos atendieron estupendamente y pasamos con ellos toda la tarde hablando y echando fotos en su granja que por cierto tiene de todo tipo de animales como este precioso burrito.

Como siempre muy temprano iniciamos la marcha. No nos podíamos imaginar la sorpresa que nos esperaba la ruta de hoy. Falto de agua y comida nos pusimos a pedalear pensando que encontrariamos por el camino, pero lo único que pudimos comprar fué dos litros de coca-cola. La siguiente sorpresa fué que tuvimos que emnpujar a la bici unos 20 km, traducidos en horas fueron 5, pues el camino estaba en muy mal estado, pendiente y suelto. La recompensa del día fué cuando ya oscurecía y escuchamos de lejos el canto de un gallo y nos acercamos y efectivamente encontramos una casa.No dudaron en dejarnos dormir y servirnos una cena que nos supo a gloria bendita. Nunca olvidaremos la experiencia con esta familia de pastores.

Al día siguiente completamos de hacer los 32 km que nos faltaron para llegar a Tagelf y cogimos un bus para adelantar parte de la ruta hasta Azilal.En esto se nos fué el día y a la mañana siguiente nos fuimos para las Cascadas de Ouzoud que estaban a unos 32 kilómetros. Espectaculares chorros de agua.Luego tuvimos que retroceder 16 Kilómetros para coger el autobús que nos llevaría al final de nuestro viaje la ciudad de Marrackeh.

Marruecos es un país que te va enganchando.Cada vez tenemos más amigos y seguro que el próximo año organizo otro viaje o bien por el Atlas o por el desierto.

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